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¿Olvidar el pasado?



Hoy en Devivencias nos preguntamos sobre la bondad y la conveniencia de intentar olvidar nuestro pasado. Ya hemos comentado en otras ocasiones que aferrarse al pasado, quedarse anclado en él, nos impide vivir en el presente y es una de las grandes barreras para disfrutar la vida. “Vivir del recuerdo nos debilita. Es como ser un enchufe que se conecta a una toma de corriente por la que no pasa la electricidad. Vamos perdiendo nuestra energía” dice Miriam Subirana, escritora y profesora de meditación. Si bien eso es así, la cuestión es si debemos olvidar el pasado y si es que sí, hasta que punto.

Pues bien, lo que hemos dicho sobre el pasado en posts y vídeos anteriores es cierto. Éste nos visita a menudo en forma de agradable nostalgia, pero también en algunos casos este pasado nos visita a través de la culpa que nos ata a aquello que ya no tiene solución y en otros casos nos lleva a revivir de forma permanente heridas emocionales o traumas sucedidos en otras épocas. Ello no quiere decir que uno tenga renunciar y borrar de su memoria lo acontecido en otras épocas. Porque si importante es no vivir anclado a él, de la misma manera lo es no renegar de esa parte de la historia personal de cada uno.

Y es que como decía Anthony de Mello: “no hay que renunciar al pasado porque sea malo, sino porque está muerto”. Y aún así, el pasado lo  quieras o no, forma parte de ti. Es parte de tu historia. Hoy eres lo que eres porque has tenido unas vivencias anteriores; si las circunstancias hubiesen sido otras quizás hoy te comportarías de otra manera, afrontarías la vida de una forma distinta.

Tal vez existan cosas de antaño de las que no te sientas especialmente orgulloso, quizás con lo que hoy sabes hubieses actuado de distinta forma, pero si hoy eres como eres, sientes como sientes es gracias a ese pretérito que has dejado atrás. Así pues, no renuncies a él, no te minusvalores por lo que has hecho o has dejado de hacer; obsérvalo pero no para avergonzarte o renegar de él, sino para aprender. Sí, aprender de los errores que hayas podido cometer sabiendo que pasar página es muchas veces la mejor terapia que podemos tener.

Olvidar pasado


Solo asumiendo ese pasado; bueno, malo o regular, podrás seguir adelante, porque si renuncias a él, si te avergüenzas, si reniegas de lo que ha sido tu vida anterior, sin darte cuenta te estás anclando a algo que ya pasó, por mucho que te esfuerces ya no lo puedes modificar. Puedes hacerlo con el presente incluso con el futuro, intentar que tus errores no se repitan, pero los del pasado nadie los puede borrar.

No tengas miedo de aceptarte como eres hoy en día. Solamente con la aceptación y el reconocimiento de lo que somos podemos intentar corregir nuestros inseguridades, nuestros miedos y equivocaciones.

Si uno admite sus errores, tanto del pasado como del presente, habrá puesto la gran semilla para corregirlo porque nadie es perfecto. Y tú no eres la excepción. Acepta quién eres, no reniegues de la persona en que te has convertido con tus múltiples y variadas decisiones, incluso en ocasiones contradictorias.

Y en el caso de que lo nos traiga el pasado sean heridas emocionales y traumas, siempre podremos buscarles un sentido. A esto se le denomina logoterapia y fue una terapia diseñada por Viktor Frankl tras vivir el drama de los campos de concentración. La logoterapia no indaga en el pasado. Al contrario, lo deja donde está para centrarse en trabajar el presente, de modo que las experiencias positivas actuales acaben cubriendo las negativas pasadas. En este caso, el planteamiento es encontrar un sentido, - logo-, para la persona, algo que le impulse cada día a levantase de la cama independientemente del pasado.

En definitiva no se trata de borrar tu pasado, fue como fue, eso no lo puedes cambiar. De lo que se trata es de saber pasar página porque como diría Shakespeare: “el pasado es sólo un prólogo”. En los casos en los que haya heridas pasadas habrá que encontrarle un sentido a lo sucedido. (Recuerda que no se trata de que las cosas tengan sentido en sí mismo, sino que tú se lo des). Del mismo, en caso de culpas y errores pasado has de aprender a asumirlos, corregirlos si se puede y sobretodo aprender de ellos.




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