Meditación: paz en cuerpo y alma
La meditación es una práctica en la que el individuo busca inducir un estado de relajación y conciencia. Puede ser realizado como un fin en sí mismo o con el objetivo de obtener algún beneficio. Entre los beneficios posibles está el propio conocimiento, la búsqueda de construir una energía interna y desarrollar compasión.
Es una costumbre muy habitual en diversas orientaciones espirituales, desde el budismo e hinduismo hasta las religiones europeas pre-románicas, así como en corrientes más recientes como el New Age. Es realmente curioso que prácticas espirituales con orígenes tan disímiles tengan en común la misma técnica de conexión religiosa, por lo que es preciso preguntarse por qué es tan poco practicada hoy en día.
Meditar es posible y necesario
Como hemos visto en el Curso de Online Mindfulness la práctica sistemática de la meditación tiene beneficios médicos comprobados. Se puede practicar aún sin una concepción espiritual en particular, sino libremente inducir un estado de conciencia introspectivo, sin buscar una conexión con nada más allá de sí mismo y la propia conciencia. De hacerlo un hábito puede convertirse en una fuente de bienestar tanto mental como físico: el alivio de ansiedad, la mejora del rendimiento académico, la prevención de afecciones cardiovasculares y hasta el incremento de las capacidades cognitivas, son consecuencias probadas de la constante práctica de la meditación.
En cualquier lugar, en cualquier momento
Si bien muchos llevan vidas ajetreadas y llenas de compromisos, encontrar espacio para meditar es posible casi en cualquier circunstancia. Algunos buenos ejemplos son en los vehículos durante el tráfico o en las caminatas. Igualmente durante los descansos del trabajo es posible dedicar 20 o 30 minutos a meditar un poco. Sin embargo, lo ideal es buscar el tiempo y realizarlo en el hogar o en un lugar de preferencia, en condiciones perfectas para la concentración. Entre más tiempo le dediquemos, más se verán reflejados los resultados en nuestra vida.