Desahogarse.
Los beneficios de la escritura
Dice un proverbio sueco que “una alegría compartida se transforma
en doble alegría; un pena compartida, en media pena”. Desahogarse resulta
necesario a lo largo de la vida de cualquier ser humano. Y es en nuestra vida,
tenemos que enfrentarnos a una serie de eventos o experiencias estresantes que
causan un fuerte impacto en nuestro equilibrio psicológico. Así, a
veces necesitamos desahogarnos por la ruptura de una relación, un fracaso económico…
o por eventos colectivos como inundaciones, sequías… la forma de encarar estas
situaciones determina en gran medida nuestra felicidad.
Un de las estrategias de mayor utilidad y más empleada en nuestras
relaciones diarias es la expresión emocional de nuestras inquietudes y
preocupaciones a las personas
de nuestro entorno. Se trata de una estrategia sencilla y
práctica, sin embargo, no siempre es posible expresar nuestros sentimientos más
íntimos a nuestros amigos o familiares más cercanos.
Una de las alternativas que ha demostrado tener mayor eficacia
para nuestro desahogo y bienestar
emocional es la escritura. Y es que en situaciones tales
como la ausencia de cariño, la incapacidad de revelar ciertos hechos a
familiares o amigos, o la poca comprensión de nuestra pareja sentimental en un
momento dado, hacen que escribir
expresando nuestras emociones se convierta en una técnica
muy aconsejable.
Las investigaciones demuestran que transcribir y convertir
nuestras experiencias desagradables en palabras producen un efecto positivo en
nuestra salud mental, física y emocional. En concreto se ha comprobado que el
hecho de expresar nuestras emociones en general y, específicamente a través de
la escritura, produce notables mejorías
en diversas áreas relacionadas con nuestra calidad de vida. Así
por ejemplo, estudios muestran como la escritura de nuestras vivencias y
emociones mejora la calidad de nuestras relaciones e incrementa el número de
conductas adaptativas en el individuo.
Se trata de un proceso que sirve a la persona para restablecer la
normalidad de su vida, disminuir sus preocupaciones y dar sentido a lo
sucedido. No obstante, la investigaciones también han demostrado que no
sólo con escribir sobre nuestra emociones y acontecimientos de nuestra vida
tenemos asegurado sentirnos mejor; debemos
cuidar el cómo, el sobre qué y el tiempo que le dedicamos.
En principio, escribir y compartir tu experiencia sobre
cualquier tema perturbador puede ser ya un alivio importante. Sin embargo, los
beneficios sobre la salud emocional suelen ser mayores cuando se discute y
escribe sobre asuntos con los que se tiene una relación más actual que sobre
aquellos más alejados en el tiempo.
Lo que si se destaca es que cuando escribamos sobre nuestras
experiencias, es necesario ir más allá y profundizar
sobre las emociones, los sentimientos y las sensaciones más íntimas. En
definitiva, lo importante es que la persona se anime a explorar sus emociones y
pensamientos, no tanto el tema o el contenido del mismo.
Lo ideal es escribir
siempre que se sienta la necesidad, que no puedas expresar tus
emociones a un amigo o que no encuentres una persona en el momento en el que la
necesitas. No es importante centrarse en la gramática o la construcción
sintáctica, sino en expresar lo que uno siente y los motivos que le han llevado
a sentirse así.
Además parece que la gente que normalmente no habla de sus estados
emocionales consigue un
mayor grado de bienestar con esta técnica. Así personas
con gran tendencia a la hostilidad, aquellas con incapacidad para etiquetar y
comprender sus emociones (personas alexitímicas) o los hombres en general
obtienen mejores resultados mediante la práctica de la escritura.
Las personas que se benefician de la escritura emocional empiezan
realizando descripciones pobremente organizadas y, a través de varias sesiones,
van progresando a historias mucho más coherentes y enriquecidas.
Sea cual sea, el motivo de escribir tu vivencia es aconsejable terminar el relato con algo
positivo o de reflexión para no acabar con un nivel de
tensión elevado. Reflexiona sobre lo que has aprendido de la experiencia, los
errores que ya no volverás a cometer, las posibles soluciones al problema o las
estrategias de afrontamiento que desarrollarás en el futuro.
A veces, al terminar de escribir (es aconsejable hacerlo una vez
por semana unos 15 minutos), las personas suelen sentirse algo tristes como
consecuencia de la descarga de esas emociones. No te preocupes, se trata de un
proceso normal. Estas sensaciones suelen desaparecer al cabo de unas horas, al
día siguiente la mayoría de las personas experimentan una sensación de bienestar y alivio tras la
escritura.