La década de los 90 estuvo marcada por la revolución del Internet y su asombrosa capacidad para estrechar distancias y enlazar a las personas. De allí que la taquilla cinematográfica alcanzara ventas millonarias con la popular comedia romántica, Tienes un E-mail, protagonizada por Tom Hanks y Meg Ryan.
La idea de conocer a alguien especial, al otro lado del monitor de la computadora, se hizo cada vez más atractiva y era posible ver sitios que prestaban el servicio de conexión a Internet por horas, llamados cibercafés, donde inicialmente la gente acudía con la idea de socializar un buen rato y conversar con una taza de café y cientos de personas a través de una pantalla.
Así comenzó lo que hoy por hoy se traduce en cientos de páginas por la web y hasta aplicaciones para los teléfonos y otros dispositivos inteligentes, que ofrecen el servicio de presentar potenciales candidatos, acordes a tu perfil a lo que sea que busques, para entablar relaciones de amigos y parejas.
Pero, ¿qué tan exitosos suelen ser estos encuentros?, la experiencia en la realidad virtual es tan diversa e impredecible, como la de conocer a alguien frente a frente. El principal temor que expresan los aficionados de esta práctica es la transparencia y el nivel de credibilidad de este mecanismo.
Recordemos que cada site que se dedica a este servicio, permite crear un perfil personal para presentarlo al mundo, sin embargo, no existe manera de comprobar la veracidad del mismo. Así pues, muchas personas se valen de esto para presentarse con identidades falsas, fotografías no reales, etcétera, por miedo o diversión.
Otro de los puntos que hacen descartables para muchos el amor a un click de distancia, es justamente los kilómetros que separan a las personas, pues para la gran mayoría el afecto requiere del calor humano, por encima de un frío teclado, del roce de piel, más allá de una imagen congelada.
Lo cierto es que si algún día te ves tentado o tentada a probar esta tendencia, no dudes en entregarte y disfrutar la experiencia, teniendo siempre en claro que se trata de otra forma de conocer el amor.