Aunque siempre asumimos a los perros como los más eficientes
a la hora de recibir órdenes, de alertar, de poder ayudar con
algunas cosas, como ubicaciones o encontrar algunas personas o prendas, también está la gata Inky, con una
historia muy interesante como increíble, realmente algo que se puede llamar
conexión.
El señor
Glen Kruger tomó en adopción a una
pequeña felina de la sociedad para prevenir la crueldad hacia los animales.
Este hecho ocurrió en el condado de Allegany, New York. Cuando el señor Glen adopto a esta minina, solo esperaba que estuviera a veces cerca y otras no, comer y que pudieran acariciarla. Pero luego de que algo
ocurriera, las cosas entre Inky y Glen cambiaron, pero para bien.
En una noche del 2009 en enero, Kruger tuvo que bajar al
sótano para apagar una estufa, todo estaba bien, pero cuando comenzó
a subir para apagar la luz, golpeó su hombro con un tablero perdiendo el
equilibrio y cayendo por las escaleras de
cabeza.
Cuando
Kruger se da cuenta, estaba en el piso en un líquido rojizo, eso no era nada
más que ni nada menos que su propia sangre, tenía mucho dolor en ese momento para poder moverse, trato de dar
gritos de auxilio, pero el recordó que su esposa Brenda, estaba durmiendo
en la recamara más lejana de donde él estaba.
Repentinamente aparece Inky lo
estaba mirando desde las escaleras, a lo que Kruguer le dice –Ve por Brenda- al
ver que Inky se alejaba, pensó que no
había entendido y más sabiendo que era un animal.
Pero lo que
Kruger no sabía, era que Inky se dirigía al cuarto donde dormía Brenda, Inky comenzó a rasguñar la puerta y hacer
maullidos muy fuertes, esto hizo que Brenda se levantará y atendiera a
Inky, la cual hacía que Brenda la siguiera hasta llegar al
sótano. Cuando llegan, Brenda ve a su
esposo tirado en el suelo con sangre y aunque aterrada llama con prisa a emergencia.
Le diagnosticaron al señor Kruger, laceraciones en la cabeza, el hombro
derecho roto y fracturas en las vértebras cervicales. Pero lo más
importante que puede sacar de esto, no son sus lesiones, sino, que está vivo
gracias a Inky, desde ese instante la gata y él, no se separan.