Nicolás Maduro se convirtió este domingo 14 de abril en el nuevo presidente de Venezuela
y sucederá al fallecido Hugo Chávez tras ganar una estrecha elección
cuyo resultado fue desconocido por la oposición, que pidió auditar todos
los votos.
Maduro captó el 50,66 por ciento de los votos frente al 49,07 de su
rival, Henrique Capriles, una victoria que el árbitro electoral dijo es
«irreversible» aunque falta escrutar el voto en el exterior y otros
centros aislados.
El líder opositor dijo tener una lista de más de 3.000
irregularidades durante la jornada que pudieron haber alterado el voto,
asegurando que el resultado que tiene su comando de campaña difiere del
oficial.
Tras una crispada espera, el Consejo Nacional Electoral informó las
apretadas cifras de la votación que le dieron la victoria al
oficialismo, que fue celebrada por Maduro como un tributo a Chávez y una
muestra de transparencia.
«Sabremos qué hacer si alguien levanta su insolente voz contra el
pueblo», advirtió el presidente electo desde el palacio presidencial de
Miraflores, donde festejó su triunfo por unos 230.000 votos, lejos de
los más 1,5 millones de diferencia que había logrado Chávez en las
presidenciales de octubre.
«No tendré debilidades con nadie que quiera venir a imponer la
violencia o que quiera intervenir en los asuntos internos de Venezuela. A
Venezuela se le respeta, se los digo (por)adelantado a quien pretenda
meterse con los resultados», clamó.
Poco después, Capriles tomó la palabra para cuestionar el proceso y al mandatario electo.
«Señor Maduro, si antes usted era ilegítimo, ahora está cargado de
mayor ilegitimidad (…) ese resultado no refleja la realidad de lo que
el pueblo venezolano quiere para el país», dijo, prometiendo hacer todo
lo que esté a su alcance para que se respete lo que considera el
resultado real.
Maduro había aceptado minutos antes hacer una auditoría de la
votación, como ya pidió uno de los rectores del CNE, al tiempo que
volvió a alertar sobre supuestos planes desestabilizadores contra el
gobierno socialista de la nación petrolera.
Tras una campaña de alto voltaje salpicada con denuncias de
irregularidades por parte de ambos bandos, la jornada de votación
transcurrió en relativa calma hasta que Capriles sacudió a la nación
petrolera con su denuncia de que existía un plan para alterar el
resultado de los comicios.
«Alertamos al país y al mundo la intención de querer cambiar la voluntad expresada por el Pueblo!», aseguró en la red social.
Después de la comparecencia de los rectores electorales, en la sede
del comando opositor en la capital se escucharon gritos de «fraude,
fraude, fraude» en un ambiente de máxima tensión.
Antes de conocerse el primer boletín, tanto el comando del candidato
como el del opositor Henrique Capriles habían cantado victoria, en un
ambiente cargado de sentimientos encontrados por la reciente muerte del
líder bolivariano.
Miles de seguidores del chavismo celebraban en los alrededores del
palacio de Miraflores, cantando, bailando y disparando cohetes, pero
lejos del ambiente festivo que se vivía a estas horas el 7 de octubre
cuando Chávez ganó su tercera reelección con más de 10 puntos.
Mientras, en las calles del este de Caracas, bastión de la oposición,
se escuchaban protestas de vecinos haciendo sonar cacerolas para
mostrar su desaprobación por los resultados.
«Paz, paz y paz», solicitó el fornido ex chofer de autobús de 50 años,
pidiendo no caer en provocaciones ni provocar a los adversarios.
FUENTE: SENTINEL