El riego perfecto
Sin agua las plantas se mueren, por eso es
tan importante el riego. Aquí tienes 8 trucos para regar de forma correcta.
- No dejes agua
en el platillo - ¿Regar por arriba?
- ¡Cepellón al agua!
- Pincha el sustrato con un palo
- Si es del grifo, turba
- Planta encharcada, mucho papel
- Humidificadores caseros
- Ahorra tiempo y dinero con el goteo
1 NO DEJES AGUA EN EL PLATILLO
Todo el agua que echas a tus plantas no puede ser absorbida por
las raíces y por eso la sobrante sale por los agujeros de drenaje que cualquier
recipiente debe poseer. Lo habitual es colocar debajo de los tiestos platos
para recoger ese agua, pero ten en cuenta que debes retirarla: vacía el plato
20 minutos después de regar. Las plantas nunca deben descansar sobre el agua,
ya que sus raíces son muy sensibles al exceso y se pudren.
2 ¿REGAR POR ARRIBA?
Lo habitual es regar por arriba, echando el agua sobre la tierra.
Pero existen otros dos riegos para las plantas de macetas: por abajo (1) y por
inmersión (2). El primero consiste en llenar el plato de agua para que sea
absorbida por las raíces, a través de los agujeros de drenaje. Es ideal para
las plantas con hojas sensibles a la humedad, con tendencia a padecer botritis
y para las bulbosas. El riego por inmersión consiste en sumergir el cepellón en
un cubo con agua y dejar que se escurra después. La planta estará bien regada
cuando dejen de salir burbujas en el agua. Riega así tus cestas colgantes.
3 ¡CEPELLÓN AL AGUA!
¿Has estado fuera varios días y tus plantas se han quedado sin
riego? Puedes intentar reanimarlas… Saca el cepellón de la maceta con cuidado
para que salga entero. Mételo después en un cubo con agua, que no esté ni muy
fría ni caliente. Y deja la planta sumergida hasta que la tierra esté
completamente húmeda o hasta que dejen de salir burbujas. Después, vuelve a
meter el cepellón en el tiesto y deja que escurra el agua sobrante por el
agujero de drenaje. A partir de la semana siguiente riega ya de forma normal.
4 PINCHA EL SUSTRATO CON UN PALO
Antes de regar, toca con frecuencia la tierra de tus plantas para
comprobar si está húmeda. Si aunque esté húmeda no quedan restos de tierra en
la punta de los dedos, es que necesita agua. Riega (1) empapando bien el
compost y evitando mojar las hojas y flores. Para que el agua llegue hasta las
raíces, pincha (2) el sustrato con un palo. Así evitarás que la tierra se
compacte y que el agua se resbale sin que las raíces puedan captarla bien.
5 SI ES DEL GRIFO, TURBA
A la hora de regar no sirve cualquier agua, sobre todo si contiene
mucha cal y se trata de plantas como los rododendros o las camelias, que la
odian. El agua de la lluvia es una de las mejores opciones, también puedes usar
agua mineral. Pero nosotros te proponemos que mejores el agua del grifo. Llena
un saquito de tela con unos 500 gr de turba y mantenlo toda la noche dentro de
un cubo con 10 litros de agua. Después de utilizarla tres veces, renueva la
turba.
6 PLANTA ENCHARCADA, MUCHO PAPEL
Si has regado en exceso y la tierra de tus macetas está encharcada
prueba a extraer el cepellón y envolverlo en papel absorbente, del que utilizas
en la cocina, o en periódicos. Cambia el papel cuantas veces sea necesario,
hasta que quede seco, para que absorba toda la humedad del sustrato. Después
coloca la planta de nuevo en su tiesto y espera unos días antes de regar. En
general, las plantas prefieren estar secas antes que encharcadas.
7 HUMIDIFICADORES CASEROS
Una cosa es regar la tierra y otra diferente que las plantas
disfruten de una atmósfera húmeda. Aumentar la humedad suele ser necesario,
sobre todo, dentro de casa o en terrazas, en verano y en invierno, si hay
calefacción. ¿Cómo hacerlo? Además de usar el clásico pulverizador, que no
todas las plantas toleran, puedes colocar cerca un humidificador. Pero para que
no te gastes ni un duro prueba con estos dos trucos: (1) coloca la maceta sobre
una bandeja que contenga grava parcialmente sumergida en agua o (2) llena de
agua un recipiente y coloca dentro un plato o un tiesto invertido sobre el que
podrás poner tu planta.
8 AHORRA TIEMPO Y DINERO CON EL GOTEO
Sobre todo para la terraza, pero también para casa, el riego
programado es la solución perfecta para que tus plantas no pasen sed si te
ausentas una larga temporada. Además ahorrarás tiempo y dinero en la factura
del agua. Existen kits de autorriego que podrás instalar tú mismo muy
fácilmente. Lo básico es contar con un programador, que será el encargado de
dar las órdenes, y que se debe colocar en el grifo. Del mismo grifo debe partir
una tubería que llegará hasta los recipientes y de la que saldrán los goteros.
Uno por tiesto es suficiente, salvo en las jardineras alargadas donde,
dependiendo de sus medidas, conviene que coloques alguno más. ¡Así de fácil!