El día 19 de abril de cada año se
celebra en todo el planeta el Día Mundial de la Bicicleta. Con
motivo de esta fecha, son muchas las personas que abandonan unas horas su
coche, motocicleta o los agobiantes transportes públicos para desplazarse
en bici por los centros urbanos.
El problema es que este hábito tan solo es una utopía en
la mayoría de rincones del mundo (no en Holanda) porque en cuanto
pasan las 24 horas del Día Mundial de la Bicicleta muchas
personas abandonan el propósito. Si hablamos de España el
problema es todavía más grave. Y es que no tenemos cultura de la bicicleta como
medio de transporte.
En plena crisis económica inmersos en
una guerra por el petróleo, circular en coche se está
convirtiendo en un lujo cotidiano. No es ningún secreto que España es
un país que no puede, ni de lejos, autoabastecerse con este
combustible. Por ello, recurrir a la bicicleta de una forma
masiva y bien organizada podría ser un bálsamo para salir un poquito
de tanta penuria.
Ir en bicicleta es un hábito muy saludable para
el organismo, ya que nos ayuda a estar en forma. No hay que confundir
practicar ciclismo con desplazarse en bici por la ciudad. No
obstante, aunque sean distancias cortas, si vamos con la bicicleta a
todos los sitios nuestro cuerpo nos lo agradecerá.
Está claro que las personas que tienen que
recorrer distancias largas o transportar peso no van a coger
la bicicleta. Sin embargo, el resto de la población no tiene excusa para
convertirse en un usuario de las dos ruedas en su día a día.