La hora cero llegó por fin el viernes 19 de setiembre por la mañana para el iPhone 6 cuando las tiendas Apple abrieron sus puertas para los admiradores que acamparon durante días y hasta semanas para comprar el Santo Grial de los aparatos de telecomunicaciones.
“¡Mientras más grande mejor!”, exclamó Kevin Michaluk, de 34 años, feliz con su nuevo iPhone 6+ y su pantalla, una pulgada y media más grande que el modelo anterior de iPhone.
Michaluk, que visita el sur de la Florida desde Canadá, fue uno de los primeros clientes en salir de la tienda Apple en Lincoln Road con un teléfono. Estaba tan ansioso de obtener uno que le pagó a alguien $500 para que hiciera la larga cola por él. Dijo que el iPhone 6 valía la pena.
“Es más ligero de lo que esperaba por el tamaño que tiene”, dijo, al tiempo que abría ceremoniosamente el teléfono con una llave mientras una multitud de reporteros se reunía a su alrededor para captar y celebrar el gran momento.
Por todo el mundo se repitieron escenas similares mientras las tiendas abrían sus puertas con las expectativas de vender unos ocho millones de aparatos en el primer fin de semana. Más de 12 establecimientos del sur de la Florida estaban llenos de iPhone 6 con largas filas afuera desde la madrugada del viernes.
Sin embargo, no todas las esperas terminaron tan triunfantes como la de Michaluk. Un adolescente que compró el primer teléfono en Perth, Australia, estaba tan entusiasmado por mostrárserlo a un reportero que lo dejó caer al suelo cuando abrió la caja, en vivo ante las cámaras de la televisión, y el teléfono se hizo añicos cuando cayó. Todo quedó grabado y de inmediato se convirtió en una verdadera sensación en Internet.
Danielle Pala, la primera en la cola en la tienda Apple del Dadeland Mall, se demoró más de una hora en salir con sus dos nuevos teléfonos.
“Valió la pena esperar”, dijo Pala, turista de Sao Paulo, Brasil, que también acampó cuando se lanzaron al mercado los dos modelos anteriores de iPhone.
La mujer que esperó más tiempo en la fila, Tracey Ermani, de 22 años, entró en la tienda de Lincoln Road 42 horas después que llegó y salió con el teléfono que quería: dorado con un estuche rosado. Sin embargo, dijo extrañó a su novio, Alexander Meléndez, de 22 años, que llegó a la cola con ella el miércoles por la tarde, pero la abandonó cuando alguien le ofreció $500 por su puesto.
A Ermani le encanta su nuevo teléfono, pero no piensa usarlo de inmediato. Sus planes para el resto del día: “Dormir”.
Sin duda, se trata de un plan común. Muchos de los fanáticos se pasaron la madrugada entera haciendo la fila hasta el viernes por la mañana.
Un hombre en la cola de la tienda Apple Store en Lincoln Road, Yunior Rojas, de 27 años, dijo que estima haber gastado más $80 en cafés en la cercana Starbucks, que está abierta las 24 horas del día.
Los empleados de Apple le dieron a los que estaban en la cola un código QR que les reserva su teléfono mientras duren las existencias. Rojas recibió su código el viernes por la mañana, un momento muy esperado, por el que valió la pena la larga espera.
“Tenía miedo que se acabaran los 6+», dijo, refiriéndose al teléfono con la gran pantalla. “Pero al parecer tienen bastantes”.
Para Silvio Siciliano, la espera afuera de la tienda del Dadeland Mall en el agotador calor fue más difícil aun debido a la pobre organización de Apple y de la directiva del centro comercial.
Siciliano, de 24 años, estuvo esperando en el estacionamiento del mall desde que llegó a las 10:30 a.m. del jueves, junto a muchos cientos más.
“Hemos estado en un ambiente terrible sin ningún tipo de control”, dijo Siciliano. «En realidad nos situaron a un lado del mall donde no tuvieran ninguna responsabilidad con nosotros».
De cualquier modo, las escenas en las tiendas Apple del sur de la Florida estuvieron relativamente calmadas con relación al resto del mundo. En una tienda de Nueva York localizada en la Quinta Avenida, más de 1,500 clientes hicieron una cola que alcanzó 10 caóticas cuadras de largo.
Muchos de los que esperaban en las largas colas eran veteranos de otros lanzamientos de iPhone. En el Dadeland Mall, casi todas las primeras 10 personas de la fila se habían conocido en otras colas. Con la experiencia a su favor, sabían cómo sobrevivir la espera, alternándose para comprar alguna merienda en los restaurantes y cafeterías del mall.
FUENTE: http://www.elnuevoherald.com/
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