Entre la
mujer y el
bebé que crece dentro de ella se establece un canal de comunicación permanente. Todo lo que la
madre hace repercute en el
feto: si practica
ejercicio, mejora su oxigenación; si come bien, favorece su
desarrollo; si descansa y busca tranquilidad, le proporciona bienestar. Son buenas razones para cuidarse.
1. Conseguir tiempo libre
Debemos
reservar un rato cada día para realizar una actividad agradable: tomar
un café con una amiga, ir al cine, leer a nuestros autores favoritos,
salir de compras o disfrutar de un relajado paseo por el parque. Este
tiempo será algo así como la guinda de la jornada. Es imprescindible
que, a lo largo del día, haya un equilibrio entre las fases de actividad
y las de descanso.
2. Levantarse, un placer
¿Por
qué saltar de la cama al primer timbrazo del despertador? Es preferible
desperezarse con ganas, como hacen los gatos, antes de incorporarse.
Este estiramiento hará que nos sintamos mejor y pondrá el sistema circulatorio en marcha. Por
el bien de la musculatura abdominal, hay que tumbarse de costado antes
de incorporarse. Una vez que hayamos puesto los pies en el suelo,
levantemos los brazos y saludemos el día con una sonrisa. Ahora sí
estamos listas para comenzar la jornada.
3. Libertad para los pies
Dar un paseo por un terreno blando, como un sendero de tierra o la playa, descarga los pies y la espalda.
Es imprescindible llevar un calzado cómodo y sin tacones, y caminar en
buena postura: erguidas y con la tripa metida para contrarrestar la
curvatura de la espalda.
Si antes de irnos a la cama aplicamos aceite de sésamo tibio en los
pies (se calientan dos cucharadas al baño María), nos damos un buen
masaje y nos ponemos unos calcetines,
dormiremos a pierna suelta.
4. Adiós al mal humor
Los pequeños enfados pueden evaporarse tras repetir el siguiente ejercicio diez veces:
- De pie, con los pies separados y alineados con los hombros, y las rodillas ligeramente flexionadas.
- Mantenemos la columna recta, los músculos relajados, dejamos caer
los hombros y juntamos las palmas de las manos a la altura del
pecho. - A continuación presionamos los pulpejos (la parte de la palma de
donde sale el dedo pulgar) uno contra el otro, contando hasta diez, y
relajamos.
5. Cervicales relajadas
- Siéntate en el borde de una silla, con la espalda recta y el cuello estirado.
- Baja la barbilla hacia el pecho al tiempo que elevas los hombros al máximo.
- A continuación, se bajan haciendo movimientos giratorios y echándolos hacia atrás. Hay que intentar acercar los omóplatos lo más posible, como si se fueran a tocar.
- Conviene repetir el ejercicio unas diez veces como mínimo. ¡Las cervicales quedarán como nuevas!
6. El placer de un buen baño
Nada mejor para cuidarnos durante el
embarazo que darnos un buen baño relajante de cuando en cuando. Llenamos la bañera de agua no muy caliente, echamos unas 15 gotas de esencia de incienso o mirra, nos sumergimos… y no tardaremos en sentir sus efectos renovadores.
Las fragancias estimulantes también te ayudarán a reponer fuerzas. Hay que echar dos o tres gotas de esencia de cítricos sobre una piedra aromática, acomodarse en un sillón confortable, cerrar los ojos y respirar el olor que desprende la piedra.
La esencia de cítricos resulta relajante y estimulante a la vez, por
lo tanto, es perfecta para activar nuestra energía en muy poco tiempo
cuando solo disponemos de un rato libre. No se debe cambiar de aroma sin
consultar con un especialista porque no todos los aceites etéreos son
apropiados durante la gestación.
7. Que
trabajen los demás
Si la
pareja, los
padres o amigos quieren echarnos una mano con nuestras tareas, aceptemos de buen grado.
Y si ellos no caen en la cuenta, no dudemos en pedírselo. Conviene acostumbrarse a hacerlo, pues cuando haya llegado el
bebé, toda colaboración será poca.
8. Nueces y bebidas reconfortantes
Para reponer fuerzas
no hay nada mejor que las nueces. Se pueden comer a cualquier hora, y
las peladas son fáciles de transportar porque caben en cualquier
bolsillo. Aportan cinc y magnesio, dos nutrientes que estimulan las
células grises. Pero no hay que pasarse: unos 40 gramos al día bastan,
porque también son muy ricas en grasas.
Una bebida reconfortante. Si hace frío, no hay nada más
estimulante que tomar una bebida caliente. Cuando se espera un bebé
noconviene abusar del té ni del café (no más de tres cafés suaves,
ocuatro tés al día), ni beber tisanas que no hayan sido recomendadas
porel médico. Un vaso de
leche con miel (ideal antes de irse a dormir) oun poleo nos darán energía y nos hidratarán.
9. ¡Fuera estrés!
Durante un breve descanso podemos hacer el siguiente ejercicio:
- Nos tumbamos en el suelo boca arriba (mientras resulte aún cómodo hacerlo) frente a una pared vacía.
- Poco a poco nos acercamos a la pared, y subimos las piernas estiradas, hasta que formen un ángulo recto con el muro.
- A continuación, abrimos las piernas hacia los lados todo lo posible, sin forzar.
- Colocamos las manos en los costados, donde se notará algún que otro tirón (sin importancia) por la postura.
Las cargadas de oxígeno también pueden ayudarte a reducir el
estrés.
Respiramos hondo, conscientemente, como si fuéramos a enviar el oxígeno
hasta el último rincón del cuerpo. Expulsamos el aire lentamente,
tardando más o menos el doble en espirar que en inspirar. El futuro bebé
nos lo agradecerá y nuestra mente también.
10. Un buen masaje
Si somos de esas personas que dan vueltas y vueltas a los problemas, un masaje craneal nos vendrá como anillo al dedo. Podemos dárnoslo nosotras mismas.
- Ponemos las manos sobre la cabeza como si fuéramos a lavarnos
el pelo, pero, en lugar de frotar el cuero cabelludo, golpeamos la
cabeza rítmicamente y con suavidad con las yemas de los dedos, como si
entre las manos tuviéramos un tambor delicado. - Vamos de arriba abajo, y de delante atrás, abarcando poco a poco
toda la cabeza. Este tamborileo estimula el cuero cabelludo y las vías
nerviosas y, de paso, ayuda a liberarnos de pensamientos y emociones
negativos. - Se aconseja hacerlo unas 40 veces.
El masaje que nos da nuestra pareja también nos hará sentir
sumamente bien, Es fácil de entender: en la superficie de la piel están
los receptores de las endorfinas, las llamadas
hormonas
de la felicidad. Además, está comprobado que los suaves masajes y las
caricias benefician la salud. Relajan y estimulan el sistema
circulatorio y el linfático. Solo hay que tener cuidado con la columna
vertebral: debe quedar para los profesionales.
11. Piernas ligeras
- Un sencillo ejercicio para combatir el dolor de piernas consiste en subir las puntillas y los talones alternativamente estando de pie, de manera que el cuerpo se balancee adelante y atrás.
- Se puede realizar cada vez que estamos un rato de pie, por ejemplo, mientras nos lavamos los dientes.
- Es recomendable repetirlo unas 30 veces.
12. Habla con el bebé
El
futuro bebé oye la voz de la madre, así que ¿por qué no hablar con él?
Podemos contarle cualquier cosa: que se acerca el momento de su
nacimiento
o que los abuelos vendrán a cenar con nosotros. Otra opción es escuchar
una obra musical alegre y serena pensando que él también puede
disfrutarla. Comunicarse con el niño intrauterino es una forma de
incorporarle a nuestra vida, de demostrarle nuestro amor, y de forjar
los primeros
vínculos con él.
13. ¡Evita el dolor de cabeza!
- Cuando la cabeza parece estallar: mojamos dos manoplas de felpa y las ponemos dentro del congelador hasta que estén bien frías (¡no deben llegar a congelarse!).
- Luego colocamos una manopla sobre la frente y la otra en la nuca.
- Cerramos los ojos e intentamos relajarnos.
- Lo ideal es repetirlo dos veces con un intervalo de 15 minutos.
FUENTE: SERPADRES.ES