Los trastornos o problemas ginecológicos que con
frecuencia sufre la mujer están referidos a aquellos que afectan a órganos como
el útero, la los ovarios, la vagina y las mamas que en conjunto forman parte
del sistema reproductor de las mujeres.
Entre los trastornos ginecológicos los más comunes son
los dolores menstruales o dismenorrea, las infecciones vaginales o vaginitis,
la cistitis y los quistes de ovarios.
También se pueden presentar en la mujer ciertos síntomas
que pueden representar amenazas para su salud tales como el cáncer de cuello de
útero y el cáncer de mama.
La dismenorrea
presenta dos formas, una primaria que se presenta desde un inicio y suele durar
toda la vida con dolores menstruales severos y frecuentes causados por
contracciones uterinas severas y anormales. La forma secundaria de dismenorrea
se presenta debido a una causa física con ciclos menstruales dolorosos ya provocados
por otra patología clínica como pueden ser una endometriosis (aparición y
crecimiento de tejido que recubre el interior del útero conocido como endometrio
creciendo fuera de este) o enfermedad pélvica inflamatoria (infección e
inflamación de ovarios, útero y otros
órganos reproductivos femeninos).
Dentro de la vaginitis,
la candidiasis, es una de las infecciones más comunes que se da en el 75% de las
mujeres por lo menos una vez en su vida. Este trastorno provocado por los hongos vaginales (Candida albicans) se presenta frecuentemente en niñas en proceso de desarrollo.
La cistitis se
presenta como una infección provocada por bacterias que afectan la vejiga cuyos
síntomas incluyen muchas ganas de orinar, presencia de orina oscura o con
sangre, fiebre, dolores y calambres abdominales.
Por otro lado los quistes
de ovario también son frecuentes en las damas y pueden ubicarse dentro o
encima del ovario. Aunque por lo general son benignos y asintomáticos, también pueden
causar dolor abdominal. Su causa se debe a la ovulación, y son detectados
mediante las ecografías. En este caso, el control está referido a que los
quistes no aumenten de tamaño, pudiendo extirparse mediante cirugía si el
médico lo considera conveniente.