Cualquier actividad que realices en tu jardín a partir de la segunda parte del otoño tiene que ir encaminada a preparar tus plantas para el frío. Estos trucos te ayudarán.
Con las bienales, flores todo el invierno
Sí, no hay nada mejor que las bienales para que así sea. Son las que florecen al año siguiente de su siembra. A la cabeza de este clan, las margaritas de los prados, los pensamientos y las prímulas. Si plantas grupos de estas preciosidades en otoño, tendrás flores todo el invierno.
Así trabajarás menos
Si escardas ahora, trabajarás menos y lo hecho soportará mucho mejor el paso del tiempo. Eliminando las malas hierbas desde el momento en que el frío se deje sentir, tus macizos y zonas libres de vegetación se mantendrán limpias y libres de hierbajos hasta primavera.
La segadora, una vez al mes
No sabes lo útil que te será adoptar este truco para mantener el césped en perfecto estado sanitario y estético. Se trata de recorrer la superficie con la segadora una vez al mes. Evitarás el aspecto decadente de acumulación de residuos y mantendrás sana tu hierba.
Controla el musgo ¡ya!
Sí, la superficie de tu pradera se ve de un brillante verde claro y muy tupida, sobre todo en los espacios a la sombra, pero sólo se trata de una ilusión. Con la llegada de los días oscuros, aparece en las umbrías el musgo, que evita que las especies elegidas como cespitosas puedan medrar. Trátalo de inmediato con un musgicida y ráscalo con el rastrillo.
Contra las plagas, aceite
Tus plantas son perfectos refugios donde pasan de forma confortable el invierno numerosos animales. Desde un pájaro que forma su nido en la axila de un árbol, a una musaraña que aprovecha un hueco en la corteza basal. Pero las plagas también se instalan ahí, y si quieres eliminarlas para que no molesten en primavera, trata tus plantas ahora con aceite mineral.
Evita los charcos
Te aconsejamos cubrir las acumulaciones de agua en caminos y paseos del jardín, y te pedimos que lo hagas también con los charcos que se forman en el terreno de cultivo. En los caminos peligra tu integridad por los resbalones, pero en el jardín peligra la de tus plantas, que sucumbirán por asfixia si no los evitas rellenando las depresiones del terreno.
Los agujeros del tiesto, libres
Drenaje, drenaje y drenaje. Ésa es la palabra que te evitará más disgustos en la terraza. Un recipiente que se encharca porque no evacua el agua de riego sobrante es como una cámara mortuoria para una planta. Comprueba que los agujeros del fondo están siempre destapados y, al plantar, echa en los fondos materiales drenantes con generosidad.
Guarda el material de riego
Las tuberías aéreas de baja presión con las que cubres el suelo y poder conectar ahí los goteros para regar tus bancales de hortalizas sobran desde ahora. Es más, todo lo que puede pasar es que se estropeen a base de pisoteos y movimientos de un sitio a otro para efectuar labores. Quita todo y guárdalo hasta bien entrada la primavera.
A las vivaces, paja, corteza…
Las plantitas herbáceas o vivaces, ya sean perennes o caducas, son las que visten los macizos de rocas y conforman los grupos de vivaces de flor en el jardín. En cuanto llega el invierno, todas estas especies solventan el frío reinante desapareciendo bajo tierra. Pero si la acolchas con pajas, cortezas o cáscaras lucirán mucho más tiempo.
A las frondosas, poda de formación
Invierno, con los árboles de sombra o especies frondosas desprovistos de hojas, es el momento ideal para efectuar las podas de formación, que conseguirán formas útiles y armónicas para toda la vida del ejemplar. Todo pasa por eliminar la guía principal o central y conseguir así la emisión de ramas laterales.
Prepara tutores fuertes
Si el año pasado plantaste árboles en tu jardín o piensas plantar ejemplares arbóreos éste, prepara tutores fuertes e imputrescibles y átalos mientras se produce el arraigo durante los 3 primeros años. Procura que las ligaduras sean flexibles (goma, cuero, rafia…).
En los troncos, naftalina
En estos meses, las orugas y gusanos barrenadores de tronco hacen de las suyas en los troncos más blandos o celulósicos, como sauces, chopos y manzanos. Si dispones alrededor de la base de cada uno un cordón de paradiclorobenceno rallado (naftalina para la ropa), los ahuyentarás (¡ojo, que pueden derribar tus árboles!).
Ata y envuelve a las frioleras
Igual que has envuelto los recipientes sensibles con arpillera, plástico o alfombras, envuelve tus especies vegetales sensibles, que suelen ser las de cogollo. Comienza por atarlas como si se tratara de lechugas, para después envolverlas con alguno de los materiales mencionados.
Despunta las plantas desgarbadas
No permitas que tu terraza esté poco estética este invierno y somete a sus especies más vigorosas a un despunte para que el crecimiento de todo sea coherente y armónico. Seguro que los evónimus, espinos, mahonias o bérberis se han puesto a medrar, con vástagos asimétricos. Equilíbralos.
Los residuos, al silo de compost
¿Y qué hacer con todo lo que suelta tu jardín ahora? Las hojas caen porque el frío ha cortado el paso de savia a sus limbos, el viento quiebra innumerables ramillas que caen secas, de la huerta salen todas las plantas agotadas. Todo esto debe ir al silo de compost, que, bien triturado, se transformará en rico abono dentro de unos meses.