Un error común en
las personas es utilizar términos como “estrés” y “ansiedad” para referirse a
lo mismo cuando realmente no lo son. Algunos síntomas y padecimientos
psicológicos han pasado a formar parte del vocabulario popular. Es aquí cuando
comienzan a surgir los errores y no se distinguen los síntomas de un problema o
de otro. Hay formas de diferenciar el
estrés y la ansiedad, comenzando por lo prolongado que puede ser cada uno
de ellos.
Cuáles son las
diferencias
Tanto el estrés
como la ansiedad son respuestas adaptativas al medio ambiente, sin embargo, la
causa del estrés se puede identificar fácilmente mientras que las razones de la
ansiedad no. La ansiedad puede ser la respuesta que se prolonga por una
situación estresante aunque esta haya desaparecido, puede ser una ruptura,
exceso de trabajo, una pérdida familiar y muchas otras razones las que
estimulen la presencia de estas emociones.
Como hemos visto en el Curso de Prevención del Estrés Laboral otra forma de diferenciar el estrés y la ansiedad es
reconocer que el estrés prima la preocupación y la ansiedad el miedo. Como lo
mencionamos anteriormente, la ansiedad suele prologarse al punto de que tiene
un efecto bola de nieve. En cambio, el estrés suele presentarse ocasionalmente
cuando se desencadenan situaciones que someten la mente a una constante
preocupación o tensión que produce una señal de alerta constante.
Una frase que
define muy bien el tema y que nos ayuda a diferenciar
el estrés y la ansiedad es “la ansiedad es un exceso de futuro, el estrés
un exceso de presente”. Anticiparse a las situaciones es una de las primeras
causas de ansiedad mientras que el estrés está latente en los momentos donde
sentimos que no podemos lidiar con las situaciones presentes. El estrés se
produce por factores externos a nosotros, mientras que la ansiedad lo hace por
factores internos.