La mayoría de las personas, en especial las
mujeres, se enfocan solo en el rostro al momento de los cuidados de belleza y de
la lucha en contra de los signos del envejecimiento.
Pero este cuidado no debería terminar en la barbilla, el cuello es una de las zonas que más pueden delatar la edad, ya
que llegado cierto punto la piel se vuelve flácida y llena de arrugas.
Generalmente las personas no se dan cuenta
del daño que tiene su cuello hasta que son muy visibles y ya no hay mucho que
hacer, cuando lo ideal es tomar cuidados preventivos para retrasar el envejecimiento en esa zona el mayor tiempo posible.
La
piel del cuello es una de las más frágiles del
cuerpo, al tener menos glándulas sebáceas esta
se deshidrata y seca fácilmente, además, también tiene poco tejido adiposo
y una menor densidad de fibras conjuntivas, por lo que es totalmente normal que
la flacidez se presente mucho más rápido y con mayor notoriedad, de allí que
sea tan importante darle los cuidados necesarios.
Cuidados básicos para la piel del cuello
El cuello debe tener un cuidado muy similar
al rostro, es decir hay que desmaquillarlo, usar tónico y lociones hidratantes, básicamente todos los productos
que usen en el rostro deben aplicarse también en el cuello y escote, sobre todo
después de pasar los 30 años de edad. Las mascarillas que se usan para el
rostro también tienen que usarse en el
cuello, ya que le agregar hidratación y firmeza. Hace falta mimarla con cremas
reafirmantes o de efecto lifting incluso antes de los treinta años, para evitar
que los males vayan a mayores.
Cuida tu postura
La
postura también es un aliado para que la
elasticidad y firmeza del cuello perdure. Las mujeres que pasan mucho tiempo en
una computadora, suelen tener problemas más adelante porque la pantalla no está
ubicada a la altura adecuada, de igual forma el teléfono no debe sostenerse
entre oreja y hombro mucho tiempo.
La
almohada también debe ser importante, si duermes de
lado asegúrate que la esta sea dura y alta, así se compensa el espacio ente
hombros y cabeza. Si te acuestas boca arriba entonces puedes optar por una
almohada más baja para mantener el cuello más recto. La idea es no forzar el cuello y que no se
flexione demasiado mientras dormimos.