Un seguro anti-envejecimiento
Si a cada fruto seco se le reconocen unas ventajas nutricionales únicas (las almendras reafi rman la piel, los pistachos proporcionan hierro…); a las pipas de girasol hay que otorgarles el mérito de la vitamina E, que tiene una potente acción antioxidante y anti radicales libres, por lo que refuerza la barrera cutánea frente a los ataques externos.
Beneficios de la vitamina E: ese refuerzo logra que se reactive la producción de fibras de colágeno (una proteína que da firmeza a la piel, y que con los años va disminuyendo su presencia en los tejidos) y estimula el metabolismo cutáneo, es decir, la formación de células nuevas.
Cantidad recomendada: en el caso de los adultos, unos 15 mg diarios.
Por otra parte, el selenio es un mineral que necesitamos en poca cantidad pero que es básico en nuestra salud. Actúa siempre junto a la vitamina E.
Beneficios del selenio: como antioxidante frena el efecto nocivo de los radicales libres y aumenta la producción de glóbulos blancos.
Cantidad recomendada: 50 microgramos diarios. Con 100 gramos de pipas obtienes 79,3 microgramos. Un estudio de la Universidad Politécnica de Virginia asegura que “las pipas de girasol protegen el organismo, sobre todo las pipas de girasol americanas, que aportan también vitaminas del grupo B, lo que las convierte en un complejo vitalizante y antienvejecimiento”.